Alfa Romeo consideró actualizar el sedán Alfetta en 1979, ya que sus competidores alemanes comenzaron a ser cada vez más fuertes, y los autos franceses mejoraron.
La marca italiana ahora estaba en buena forma y podía permitirse producir sedanes familiares muy buenos, rápidos y ágiles, y el Alfetta era un buen ejemplo de ello. Para que conste: era el único automóvil en el mercado, de su segmento, que presentaba solo motores de gasolina de más de 100 hp. A finales de los 70, eso era algo importante. Además, el diseño entró en una nueva era.
Si bien la mayoría de los fabricantes de automóviles todavía estaban atascados con el diseño de faros redondos, Alfa Romeo se atrevió más e instaló unidades rectangulares horizontales. Para enfatizar la ventaja de la nueva unidad de faro, el fabricante de automóviles ofreció limpiaparabrisas como opción. Su diseño general no cambió mucho, pero la nueva fascia delantera con tiras de goma a lo largo del parachoques cromado que integraba las señales de giro era importante. Alfa Romeo mantuvo las rejillas de ventilación del pilar C para la nueva versión renovada, ya que la mayoría de la gente las consideraba geniales.
El interior era bastante espacioso para un auto de su tamaño, pero como el túnel de transmisión era grande, solo era apto para cuatro personas. Su tablero de instrumentos se cambió por completo y presentaba un nuevo grupo de instrumentos, con un panel que mostraba indicadores tipo barril para la temperatura del refrigerante, la presión del aceite y el nivel de combustible. El tacómetro y el velocímetro mantuvieron su posición pero con un nuevo diseño.
Debajo del capó, Alfa Romeo trató de ofrecer un vehículo con mejor eficiencia de combustible y propuso un motor turbodiésel de 2.0 litros, que no tuvo tanto éxito. Esa versión llenó alrededor del cinco por ciento de las ventas totales de la línea Alfetta, incluida la generación 1973-1979.