Después de casi un cuarto de siglo, Alfa Romeo preparó una última actualización para su clásico roadster, el Spider.
El Spider fue uno de los autos más icónicos construidos por el fabricante de automóviles italiano después de la Segunda Guerra Mundial. Aunque Alfa Romeo no lo vendió en grandes cantidades, siguió siendo un automóvil clásico que combinaba el placer de conducir con un toque de lujo. En 1990, el fabricante de automóviles introdujo algunas mejoras.
En el exterior, el automóvil era casi igual que el modelo original de 1966, pero lucía parachoques nuevos tanto en la parte delantera como en la trasera. Sus faros redondos con anillos cromados a su alrededor permanecieron en posición. En la parte trasera, el diseño de cola larga y la nueva defensa envolvente parecían naturales para un vehículo de 1990. Alfa Romeo también cambió las luces traseras, tratando de tener un aspecto moderno.
En el interior, el fabricante de automóviles italiano ofreció el Spider en dos niveles de equipamiento. Mientras que la versión básica presentaba asientos de tela y nada más, el nivel de acabado superior de Veloce lucía asientos de cuero, aire acondicionado y un reproductor de casetes estéreo. Su palanca de cambios montada en el tablero fue un tributo a la vieja plataforma de los años 60 utilizada por Alfa Romeo. A diferencia de la mayoría de sus competidores que carecían de esa área, la cajuela era lo suficientemente grande para un viaje largo, a diferencia de la mayoría de sus competidores. Su interior biplaza era bueno para los años 60, pero en los 90 ya era demasiado pequeño, con un parabrisas demasiado angosto.
Debajo del capó, Alfa Romeo logró instalar un motor de 2.0 litros alimentado por un sistema de inyección de combustible. Esa mejora aumentó la potencia y redujo el consumo de combustible para el pequeño roadster. Se combinó de serie con una caja de cambios manual de cinco velocidades, mientras que el fabricante de automóviles ofreció una automática de tres velocidades como opción.