El Bentley Mulsanne, un ejemplo perfecto de megalujo obtenido al combinar a la perfección toques de estilo retro con comodidades modernas, fue la elección perfecta para los clientes que buscaban opulencia.
Con un interior hecho a mano con sumo cuidado y un exterior esculpido, el gran sedán tenía muy pocos rivales en el mercado, como el Phantom de Rolls Royce o el Maybach S600 de Mercedes.

El gran sedán de lujo ofrecía asientos para cinco y estaba disponible en dos niveles de equipamiento, el básico y el Speed.

El Mulsanne en el nivel de equipamiento básico estaba bien equipado e incluía aleaciones de 20 pulgadas, faros bi-xenón, espejos con atenuación automática y calefacción, sensores de estacionamiento, puertas de cierre suave, techo corredizo y suspensión neumática. El interior estaba equipado con tapicería de cuero, detalles en madera, asientos delanteros con calefacción, control de clima automático, pantallas de privacidad en las ventanas traseras, una pantalla táctil de 8 pulgadas y conectividad Bluetooth.

Pasando al nivel de equipamiento Speed, el Mulsanne estaba equipado con un motor más potente e incluía llantas de aleación de 21 pulgadas, modos de manejo seleccionables y el paquete Mulliner que también se podía agregar al nivel básico.

El paquete Mullinger incluía una suspensión ajustada, tapicería acolchada con diamantes, techo interior de cuero y pedales deportivos de metal.

Una extensa lista de opciones independientes incluía el control de crucero adaptativo, un volante con calefacción, un enfriador de botellas refrigerado, muchas opciones de colores exteriores e interiores, así como una paleta de colores para el cliente por una tarifa adicional.