Quizás no tan famoso como su hermano 57 SC Atlantic, el 57 S fue el modelo base que dio lugar al Bugatti más raro del mundo, la versión SC.
Pero todas las líneas comenzaron en 1934 con la versión 57S.
Después de ganar carreras en todo el mundo, Bugatti se estableció como un fabricante de automóviles capaz de producir los mejores automóviles construidos para la velocidad y la resistencia. “Le Patron” de la fábrica de Molsheim comprendió que un centro de gravedad más bajo mejora la velocidad en las curvas. En 1934 Bugatti lanzó la versión 57S, donde la S provenía de “Sourbaisse”, que significa rebajado.
Un chasis curvo permitió que el automóvil se sentara más cerca del suelo y permitió a los carroceros crear carrocerías más elegantes. El capó largo, los guardabarros curvos y la cabina pequeña lo convirtieron en un automóvil de alto rendimiento que era difícil de alcanzar en esos tiempos. Algunos 57S se fabricaron a medida, pero algunos tenían carrocerías de la fábrica Molsheim de Bugatti.
El interior estaba equipado con dos asientos desplazados hacia atrás, un poco por delante del eje trasero. Para ello, la columna de dirección era larga y el panel de instrumentos se instaló al otro lado del tablero de instrumentos.
El motor presentaba un doble árbol de levas en cabeza (DOHC) con tres válvulas por cilindro (una de admisión y dos de escape) que ofrecía 135 hp. Iba acoplado a una caja de cambios manual de 4 velocidades.