GM necesitaba un nuevo sedán asequible para el mercado sudamericano, y la forma más conveniente de hacerlo era tomar la plataforma Gamma II utilizada para el Opel Corsa europeo y colocarle un baúl detrás.
Chevrolet se hizo cargo del mercado brasileño con dos autos basados en la misma plataforma: el Onix y el Prisma. El primero era un hatchback, mientras que el segundo era un sedán. Si bien el hatchback estaba claramente dirigido a personas más jóvenes, este último era más un vehículo familiar. Aún así, el fabricante de automóviles no quería que pareciera un vehículo barato.

En la parte delantera, el equipo de diseño usó la parrilla grande y audaz con una barra transversal en el medio donde la pajarita dorada ocupaba un lugar central. La fascia delantera presentaba un par de grandes faros inclinados hacia atrás que se extendían sobre los guardabarros delanteros, mientras que el parachoques inferior lucía una amplia área negra con una rejilla en el medio flanqueada por las luces antiniebla.

En el interior, el Prisma ofrecía espacio para hasta cinco adultos. Aunque había poco espacio para tres pasajeros, podían compartir el espacio para viajes dentro de la ciudad. Chevrolet ofreció un sistema de información y entretenimiento con una pantalla táctil de siete pulgadas. El fabricante de automóviles no consideró instalar un indicador de temperatura del refrigerante en el panel de instrumentos, sino que utilizó una luz de advertencia azul-roja.

El modelo base presentaba un motor de 1.0 litros y 78 hp (80 cuando se usa etanol). Chevrolet instaló una unidad de 1.4 litros para la versión superior, que proporcionaba una unidad de 98 hp (o 106 cuando se usa etanol).