Cuando un mercado emergente necesita un vehículo de siete asientos económico y asequible, la última preocupación es el diseño exterior, y el Chevrolet Spin fue solo una prueba de ello.
Si bien puede parecer fácil diseñar un automóvil barato, en realidad es bastante difícil. El diseñador necesita saber cuánto material se incluirá en el estampado, y si hay demasiadas curvas involucradas, se usará más material y el producto final será más costoso.

Con un perfil alto y una fascia delantera que se asemejaba al Chevrolet Spark, el Spin nunca fue producido para imponer respeto o ganar un concurso de belleza. Pero sus diseñadores aún lograron instalar una barra transversal sobre la rejilla del radiador para colocar la insignia de Chevrolet con corbata de moño. Los faros inclinados hacia atrás se parecían a los que se encuentran en el Chevrolet Cruze. El automóvil era más largo que un hatchback normal con un volumen adicional detrás de las puertas traseras, con luces traseras que se parecían a las del Bolt o Cruze hatchback.

El interior era lo que importaba, y el Spin ofrecía hasta siete asientos en el interior. Tal vez no eran los más cómodos, pero al menos podían llevar a los niños a la escuela y regresar. El tablero de instrumentos reveló la imaginación del diseñador y demostró tener un aspecto más agradable. Su forma ondulada y su combinación de colores de dos tonos hacían que se viera mejor. Dependiendo de la opción, se instaló una unidad de información y entretenimiento con navegación por satélite en la parte superior de la consola central. El grupo de instrumentos presentaba un dial grande para el tacómetro y una pantalla LCD para el velocímetro y las lecturas de la computadora de a bordo.

Debajo del capó del Spin, Chevrolet instaló una selección de cinco motores, que iban desde los 86 hp hasta los 108 hp. Dependiendo del mercado, el automóvil podría funcionar con gasolina, diésel o etanol (para el mercado sudamericano).