La segunda generación de Dino fue presentada por Ferrari en 1973 pero solo con el motor de tres litros, mientras que la versión de dos litros apareció en 1975.
Ferrari todavía trató de hacer del Dino una submarca para competir contra Porsche. El auto ni siquiera lucía una insignia de Ferrari. A diferencia de su marca líder, Enzo Ferrari construyó el Dino con carrocerías clásicas de acero, mientras que sus vehículos V-12 ya presentaban materiales de aleación ligera.

Marcello Ghandini dibujó las formas en cuña de la segunda generación de Dino, y el mismo Enzo Ferrari estuvo involucrado en el proceso. Como era una persona muy alta, eso condujo a un invernadero más alto de lo que Ghandini pensó que sería el automóvil. El cupé deportivo se fabricó como un vehículo 2+2 con un espacio interior decente para los pasajeros traseros, lo que lleva a una cabina más larga. En la parte delantera, la segunda generación de Dino presentaba dos faros delanteros emergentes y un baúl muy pequeño, donde el fabricante de automóviles instaló la rueda de repuesto y un espacio de almacenamiento lo suficientemente bueno para un periódico y una revista satinada.

En el interior, Ferrari instaló dos asientos baquet en la parte delantera y una banqueta perfilada para dos en la parte trasera. El tablero estaba centrado alrededor del conductor con un panel de instrumentos curvo y siete diales e indicadores. La palanca de cambios de cinco velocidades atravesó la consola central entre los asientos delanteros. A pesar de que no se suponía que fuera un vehículo caro, el Dino presentaba un interior revestido de cuero y accesorios cuidadosamente elaborados.

El motor V-8 de 2.0 litros se colocó transversalmente detrás de los asientos traseros y ofrecía mucha potencia para esos tiempos. El automóvil fue construido para obtener una homologación de carreras GT4 y competir contra el Porsche 912.