Al comienzo de la industria automotriz, la tecnología era desconocida en su mayoría, e incluso nombrar un automóvil era difícil.
Fiat nombró a sus autos de acuerdo con sus patentes, y así es como su modelo de 1905 recibió el nombre de Brevetti (ing. de patentes). Como era de esperar, la segunda generación recibió el nombre de Brvetti Tipo 2 (patente n.º 2). Fue una forma poco inspirada, pero fue parte de la curva de aprendizaje.

El fabricante de automóviles italiano utilizó la experiencia adquirida con el primer modelo para desarrollar el Brevetti Tipo 2. Era un vehículo similar, con el mismo chasis, pero presentaba algunas mejoras. Al igual que su predecesor, el Tipo 2 estaba disponible como vehículo completo o como chasis-cabina, y un carrocero podía terminar la carrocería y montarla en el bastidor construido en fábrica.

Fue una época en la que los automóviles comenzaron a marcar la diferencia, y las empresas e individuos más ricos los utilizaron para transportar sus mercancías o para ellos mismos. Las carrocerías seguían estando más relacionadas con los carruajes que con los automóviles, lo que era evidente incluso en los sistemas de apertura de puertas.

Fiat hizo más desarrollos en los motores de combustión interna y construyó un motor más potente para el Tipo 2. Además, instaló una caja de cambios de 4 velocidades, lo que condujo a una mejor eficiencia de combustible y un vehículo más rápido. Aún así, la transmisión a las ruedas traseras se realizó a través de una cadena, lo que supuso otra mejora mecánica con respecto al sistema de cinturón de cuero de otros fabricantes de automóviles de la misma época.