En 2005, el Bugatti Veyron era el hiperauto más avanzado que el dinero podía comprar.
En 2015, sin embargo, la corona pasó al Regera de Koenigsegg, una belleza con motor central que fácilmente podría ser parte de la serie LMP1 en las 24 Horas de Le Mans.

Comenzando con su nombre, el Regera, que en sueco significa “reinar”, te dice que este hiperauto fue construido con el propósito de dominar a todas las demás máquinas tanto en la carretera como en la pista. En cuanto al diseño, el automóvil se mantiene cerca de lo que Koenigsegg nos ha acostumbrado hasta ahora, con una silueta baja aerodinámicamente esculpida, un parabrisas ancho y abultado, puertas Dihedral Synchro Helix y otras características geniales. Pero la mejor parte surge de lo que hay debajo de esa capa liviana.

Aunque la compañía odia llamarlo híbrido, el Regera viene con un motor de combustión tradicional y tres motores eléctricos. La diferencia es que no hay una caja de cambios real, con solo un acoplamiento hidráulico y un diferencial que conecta el motor a las ruedas traseras. Este sistema se llama Koenigsegg Direct Drive (KDD) y se dice que es mucho mejor que cualquier otro sistema híbrido fabricado hasta ahora.