Cuando se lanzó, el Range Rover Evoque 2011 fabricó todos los demás SUV compactos como si fueran diseñados hace medio siglo.
Rompió los libros de diseño sobre cómo debería verse un SUV.
El encanto fue la principal ventaja sobre sus competidores como el Audi Q5, el BMW X3 o el Mercedes-Benz GLK. Incluso si no tuviera el mismo poder,
motores de seis cilindros, conquistó el mundo con su look.
Los faros angostos, el parachoques delantero grande y la parrilla pequeña fueron algunas de sus mejoras en el estilo. Un invernadero corto realzaba visualmente la silueta tipo cupé. Los pasos de rueda ensanchados dejaron espacio para ruedas más grandes.
En el interior, la evolución del diseño para el segmento SUV continuó con mares reforzados y un tablero inspirado en los autos deportivos con diales de estilo binocular para el velocímetro y el tacómetro, con una pantalla LCD en el medio. No fue el primero en la industria, pero los pequeños detalles marcaron la diferencia. Como opción, presentaba una pantalla de infoentretenimiento de doble vista en la que el conductor podía ver una cosa, mientras que el pasajero podía ver una película u otra cosa que podía mostrar el infoentretenimiento. La versión de 5 puertas ayudó con el acceso a los asientos traseros.
Para el departamento técnico, el Evoque vino solo con motores turboalimentados de 4 cilindros. El diésel de 2.2 litros fue un remanente del Freelander 2. El selector de marchas giratorio emergente giratorio se vio antes en el Jaguar XF y todavía se veía genial. Iba equipado de serie con la caja de cambios automática opcional de 9 velocidades. Por último, pero no menos importante, el automóvil presentaba amortiguadores MagnaRide, que podían endurecer la suspensión para un mejor agarre a la carretera o suavizarlos en el uso todoterreno.