Nombrado en honor a la pista de carreras de Indianápolis donde Maserati triunfó en 1939, el Maserati Indy era una alternativa más práctica y espaciosa al conocido Maserati Ghibli.
Cuando la producción de Maserati Sebring cesó en 1968, el Indy fue su sucesor. Mientras que el Sebring estaba disponible con un motor de seis cilindros en línea, el Indy vino con una selección de 3 potentes motores V8: un V8 de 4.1 litros, un V8 de 4.7 litros y un V8 de 4.9 litros, que produjeron 260, 290 y 320 caballos de fuerza respectivamente.

Los puristas criticaron la transmisión automática de 3 velocidades del Indy porque no ofrecía la sensación deportiva del Ghibli. Pero teniendo en cuenta que el Indy fue diseñado para viajar, era un gran automóvil que incluso hoy podía mantenerse al día con el tráfico de la carretera. También estaba disponible una transmisión manual de 5 velocidades.

El audaz diseño fue obra de Giovanni Michelotti de Vignale. El Maserati Indy presentaba un cofre largo con una nariz suave que incorporaba los icónicos faros emergentes. El diseño funcional aseguró un bajo coeficiente de arrastre y una gran estabilidad incluso a altas velocidades: 246,7 kp/h fue la velocidad máxima que alcanzó el Indy mientras estaba siendo probado por la revista alemana Auto Motor.

Para ofrecer asientos para cuatro, Michelotti tuvo que comprometer el perfil bajo y largo específico del atractivo Gibli, por lo que el Indy tenía una línea de techo más alta.

En la parte trasera, el fastback presentaba un portón trasero que brindaba fácil acceso a la espaciosa área de carga.