Derivado del concepto MX-Crossport, el CX-7 era un crossover de tamaño mediano que combinaba las capacidades de un SUV con la agilidad de un auto deportivo, logrando brindar un viaje divertido.
El diseño exterior se asemeja a algunas de las claves de estilo del RX-8, con guardabarros delanteros prominentes y una parrilla de cinco puntas específica para los modelos de Mazda.
Dentro de la Cabina, el CX-7 ofrecía un panel de instrumentos único con una estructura de “doble techo”. Los materiales utilizados fueron de buena calidad y los controles se colocaron de forma intuitiva.
Suficientemente espacioso, tanto los pasajeros delanteros como los traseros podrían disfrutar de viajes más largos.
La potencia provenía de un motor de gasolina de 4 cilindros y 2.3 litros que producía 244 hp y 258 lb-pie de torsión incluso a bajas revoluciones. El motor se combinó con una transmisión manual de 6 velocidades o una transmisión automática de 6 velocidades. Una de las desventajas de la unidad de 2.3 litros era el consumo de combustible que era bastante alto.
La seguridad fue uno de los puntos fuertes del CX-7, con ABS, Control Dinámico de Estabilidad y Control de Tracción. Los clientes pueden elegir entre un sistema de tracción delantera o el sistema de tracción en todas las ruedas Active Torque-Split de Mazda.
El tamaño del baúl no defraudó a los compradores que buscaban suficiente espacio para guardar su equipaje cuando se iban de vacaciones.
El CX-7 fue un fuerte competidor del Nissan Murano y el BMW X3.
El motor sediento fue reemplazado más tarde por una unidad diesel de 2.2 litros en 2009.