El Mercedes-Benz 300 SL de 1957 era la versión descapotable de su conocido hermano, el 300 SL Gullwing.
Pero no era un mal hermano y, según algunos, el roadster era un automóvil con el que era más fácil vivir debido al acceso mucho mejor. Fue el roadster más rápido de su época y uno de los autos más atractivos del mundo.
Se ofrecía un techo rígido como opción o venía de serie, según el mercado. Como opción, el cliente podía disponer de un juego de maletas a juego con el espacio del maletero. En la lista de opciones también estaba la radio Becker México, que era más refinada que un sistema de información y entretenimiento de primer nivel de hoy.
El tablero era muy simple, pero con mucha información. En el centro había un indicador de temperatura del agua, temperatura del aceite, presión del aceite, nivel de combustible y luces de advertencia. Fue el centro de información de su tiempo. Los asientos de cubo eran estándar, al igual que la tapicería de cuero. Tenía un velocímetro marcado hasta 160 mph (250 kph en Europa).
El motor fue una obra maestra de su tiempo. El seis cilindros en línea de aspiración natural presentaba un sistema de lubricación por cárter seco y un sistema de inyección directa (mecánico) que se utilizó por primera vez en el motor de un avión Daimler en la Segunda Guerra Mundial. Y fue en 1957, solo para recordar.