La cooperación entre competidores habituales en el mercado no era algo nuevo.
En 1992, Nissan y Ford Motor Corporation lanzaron el Mercury Villager en el Auto Show de Chicago.
Mientras que tanto General Motors como Chrysler ya tenían un buen comienzo para el creciente mercado de las minivans, Ford se quedó atrás. Al mismo tiempo, Nissan tenía una plataforma muy buena para construir un monovolumen. Al unir sus fuerzas, el resultado fue el Mercury Villager. No fue el primer producto desarrollado conjuntamente por las empresas japonesa y estadounidense. Hubo una cooperación entre Ford Australia y Nissan a mediados de los 80 que condujo al dúo Ford Corsair – Nissan Pintara (también conocido como Nissan Bluebird en Europa).
Para atraer más atención y un público objetivo más amplio, Ford también lanzó su propia versión de la minivan, llamada Aerostar. El Villager se distinguía de sus hermanos por una barra de luces entre los faros. Estaba disponible solo en el color de la carrocería de dos tonos, a diferencia del Nissan que presentaba una carrocería de un solo color.
El Villager se basó en la plataforma FWD del Nissan Maxima. También contó con una versión modificada del motor V6 de 3.0 litros del vehículo japonés mediano que se vendía en EE.UU. Luego de un esfuerzo conjunto, se lanzó al mercado el dúo Mercury Villager – Nissan Quest, con características específicas para que los vehículos no competiría por uno a otro. La única caja de cambios disponible era una automática Jatco de 4 velocidades.