Nissan presentó la primera generación del Primera en 1990 para mercados específicos y reemplazó al antiguo Bluebird de fabricación británica.
El fabricante de automóviles japonés ya era conocido en el continente europeo por sus productos confiables, y el Bluebird fue solo otra confirmación. Pero, a finales de los años 80, ya no era tan atractivo. Nissan lo sabía y ya tenía un buen sustituto: la Primera.
Mientras que el Bluebird presentaba una carrocería en forma de cuña, el Primera estaba completamente en la otra escala, con formas redondeadas y bordes afeitados. No se veía tan audaz como su predecesor, pero su apariencia doméstica ayudó a Nissan a vender el auto en grandes cantidades. En la parte delantera, sus faros anchos lucían señales de giro montadas en las esquinas. Una parrilla estrecha con listones horizontales y una insignia plateada de Nissan en el centro llamó la atención de los clientes. Sus espejos exteriores del color de la carrocería hacían que el auto se viera más premium que sus competidores.
Por dentro, el coche era muy espacioso para su segmento. Su distancia entre ejes de 2,7 m (106,5”) brindaba suficiente espacio interior para hasta cinco pasajeros. En la parte delantera, sus asientos cómodos y planos no brindaban suficiente refuerzo para sostener firmemente a sus ocupantes durante las curvas cerradas. En la parte trasera, además de los más altos túnel central, el banquillo de Primera ofrecía suficiente espacio para las piernas y la cabeza.
Debajo del capó, Nissan instaló una selección de seis motores, tanto diésel como gasolina. Fueron desarrollados especialmente para el mercado europeo, teniendo en cuenta el sistema fiscal. Para versiones específicas, ofrecía una automática de cuatro velocidades, mientras que todos los motores estaban emparejados de serie con una manual de cinco velocidades.