Cuatro años después de la introducción de la gama Panamera, el fabricante de automóviles alemán mostró el lavado de cara para el sedán de cuatro puertas en la misma ciudad, en el Salón del Automóvil de Shanghái 2013.
A pesar de la lenta y dolorosa recuperación de la crisis económica mundial, el Panamera encontró su camino en el mercado. Mientras que los europeos apuntaban a la versión diésel, el resto del mundo estaba ocupado con las versiones a gasolina. El Panamera S era una buena opción, especialmente en áreas donde no había necesidad de un vehículo con tracción total.
Una mejora importante para el Panamera S fueron los faros bixenón estándar y la opción de lámparas LED completas. Las luces de circulación diurna estaban equipadas con diodos emisores de luz de serie. Los parachoques delantero y trasero revisados le dieron un aspecto más agresivo al automóvil. Las tomas de aire laterales más grandes del faldón se inspiraron en las instaladas en la gama 911. Se instaló un parabrisas trasero más ancho en el nuevo portón trasero.
En el interior, el fabricante instaló el PCM (Porsche Communication Management) para el sistema de información y entretenimiento. Admitía la conectividad Apple CarPlay, pero su compatibilidad con teléfonos Android era limitada. El tacómetro estaba montado en el medio del grupo de instrumentos, con una pantalla TFT redonda en su lado derecho, donde podría haberse mostrado el sistema de navegación, así como otra información de la computadora de a bordo.
El cambio más grande para el Panamera S 2013 fue debajo del capó, donde se instaló un motor V6 biturbo de 3.0 litros. Reemplazó la antigua unidad de aspiración natural de 4.8 litros. Era una combinación de ganar-ganar ya que ofrecía 20 hp más y era más eficiente en combustible. A diferencia de su predecesor, estaba disponible exclusivamente con una transmisión automática de 7 velocidades (PDK – doble embrague).