Después de que Volkswagen decidiera mantener viva la marca Audi, los ingenieros de Ingolstadt trabajaron en la gama 100 sedán y diseñaron una versión de dos puertas para ella.
Cuando Volkswagen adquirió la fábrica de Ingolstadt, solo necesitaba más capacidad de producción para el Beetle. Pero Audi ya tenía el Modelo 80 en las líneas de ensamblaje, por lo que los directores de VW no se apresuraron, sino que pensaron en eliminar el modelo y la marca. En completo secreto, los ingenieros de Audi desarrollaron un nuevo sedán basado en la misma plataforma que el 80: el 100. Después de mostrárselo a la nueva dirección, recibieron el visto bueno. Así empezó la historia del 100 y el A6 a finales de los 60.

El Audi 100 apareció en el mercado en 1968 y, un año después, llegó su primer hermano: el 100 Coupé. Era más un sedán de dos puertas que un cupé, pero el fabricante de automóviles tenía algo que mostrar al creciente mercado. El automóvil presentaba la misma fascia delantera que el 100, con molduras cromadas y cuatro faros redondos. Sin embargo, a los lados, el fabricante de automóviles hizo puertas más largas e instaló nuevas ventanas laterales para los pasajeros traseros.

En el interior, el fabricante de automóviles mantuvo la mayor parte del interior del sedán 100, aunque montó asientos delanteros inclinables hacia adelante. Gracias a su arquitectura de tracción delantera, podía proporcionar mucho espacio para los ocupantes ya que no había un túnel de transmisión para cruzar el automóvil de adelante hacia atrás.

Cuando Audi presentó el modelo, utilizó la potencia del motor como placa de identificación. Para aquellos tiempos, un vehículo de 100 hp se consideraba bastante potente. Su transmisión estándar era una manual de cuatro velocidades, mientras que una automática de tres velocidades se ofreció más tarde como opción.