A menudo criticado por su falta de fiabilidad, Citroen ZX recibió su primer lavado de cara en 1994 cuando la empresa matriz mejoró tanto el interior como el exterior del automóvil.
Si bien las mejoras en el estilo exterior son bastante obvias (parrilla reformada, faros rediseñados y parachoques delantero nuevo), el interior se mejoró con partes muy importantes, como la bolsa de aire del conductor y el inmovilizador del teclado, que no están disponibles en la primera generación del ZX. Más importante aún, el ABS se convirtió en estándar en los mejores modelos. La producción del ZX cesó en 1998 cuando Citroen decidió reemplazar toda la gama con el Xsara de nuevo diseño.