Aston Martin tomó el V8 Vantage 2005, lo desarmó y lo volvió a construir y, cuando lo hizo, dejó algunas partes afuera y luego agregó algunas más.
El fabricante de automóviles británico no quería fabricar un V8 Vantage para vencer a un Porsche 911 Turbo en la pista. Aston Martin ni siquiera trató de ponerlo en la misma liga que el superdeportivo alemán. Simplemente hizo un mejor V8 y agregó una S detrás del nombre.

Si bien el pequeño fabricante de automóviles no tenía suficiente dinero para desarrollar un automóvil nuevo, siguió actualizando y mejorando los viejos, y lo hizo con un éxito increíble. Gracias al exterior del automóvil diseñado por Henrik Fisker, fue una excelente forma para comenzar. Había un nuevo parachoques delantero más bajo en la parte delantera, que incluía tomas de aire más grandes para alimentar el motor y los frenos delanteros. El splitter se ajustó junto con el spoiler de la parte trasera para crear una carga aerodinámica equilibrada.

En el interior, el Vantage S era una mezcla entre un lujoso GT y un auto de carreras con sus asientos opcionales compuestos de fibra de carbono y Kevlar con refuerzo alto que brindaban un mejor soporte lateral durante las curvas de alta velocidad, y eran 17 kg (37.5 lbs) más livianos. que los asientos estándar. Por el lado del lujo, los paneles de las puertas revestidos de cuero cosidos a mano y la consola central ofrecían un ambiente exclusivo.

Aston Martin instaló el mismo V-8 de 4.7 litros del V8 Vantage estándar y le dio diez hp más. Pero eso no fue todo. La nueva caja de cambios automática de siete velocidades (doble embrague) ofrecía una nueva experiencia, siendo rápida y cómoda. Otra mejora esencial fue para el sistema de escape. Aston Martin contrató a una persona para ajustar el escape hasta que proporcionara una melodía particular, mucho más agradable de escuchar que cualquier otro motor de seis cilindros en el planeta.