Si bien Walter Chrysler comenzó a trabajar para Buick en 1910, la automotriz ya era una de las más grandes del país y la empresa intentó hacer un modelo de lujo: el 39.
Según algunas fuentes, solo había 905 Buick Model 39, y costaban tres veces más que el modelo base de Buick de esa época. Durant trató de ingresar al segmento superior ya que el Modelo T de Ford era difícil de superar en volumen. El 39 ofrecía características nunca antes vistas en un vehículo con ese precio. Su estrategia funcionó durante algún tiempo, basada principalmente en sus motores más potentes.

El vehículo presentaba faros delanteros grandes y redondos y un compartimiento del motor en forma de cinco con un área distinta para el radiador. Sus ruedas de artillería de madera de radios múltiples presentaban neumáticos de 36x4, lo que hacía que el automóvil fuera más cómodo en las carreteras sin pavimentar. Buick instaló dos lámparas de oxiacetileno adicionales en los costados del automóvil como opción. Como la mayoría de los otros autos que construyó, ofreció a los clientes una selección de carrocerías, con diferentes precios, como el torpedo sin techo o un descapotable de cuatro puertas con una capota que podría haberse doblado hacia atrás.

En el interior, Buick instaló bancos cómodos y acolchados para todos los pasajeros. La dirección estaba en el lado derecho del automóvil y un pequeño velocímetro se colocó más abajo para no distraer al conductor. En los tableros laterales, el fabricante de automóviles instaló las llantas de refacción en la parte delantera y un juego de herramientas en el medio, entre las puertas.

Buick instaló su nuevo motor de cuatro cilindros dentro del compartimiento del motor que proporcionó 48 hp del motor de 5.2 litros. Su manual de tres velocidades era la única transmisión disponible.