Consciente del aumento en el mercado de sedán pequeño, Daihatsu intentó abrirse camino en algunos mercados con un vehículo de diseño de tres cajas basado en su ya conocido hatchback Charade.
Varios fabricantes de automóviles intentaron hacer un sedán a partir de un hatchback normal. Todos fallaron. Renault lo probó con el R5 Sedan, y luego con el Renault Thalia. Skoda siguió el mismo camino con el Fabia Sedan y lo abandonó después de una generación, y Daihatsu sufrió la misma decepción con el sedán Valera.

Mientras que el Charade era un hatchback ligero y ágil, el Valera era un tipo diferente de vehículo. Su forma de tres cajas no podía ocultar el hecho de que compartía demasiados paneles de carrocería con el Charade. En la parte delantera, presentaba un par de faros redondeados más estrechos en el interior que en el exterior. La forma de cara sonriente de la parrilla no pudo mejorar la imagen del vehículo. Visto de lado, la cajuela agregada detrás de los pilares C era solo un cubo agregado a un auto que no estaba hecho para tener un diseño de tres cajas.

Por dentro, era un Charade simple con el mismo volante, una consola central de plástico y algunos botones adicionales. Pero a pesar de ser un vehículo pequeño, Daihatsu consideró ofrecer el auto con todas las necesidades necesarias para un auto de aquellos tiempos, incluyendo cuatro ventanas eléctricas, aire acondicionado y cierre centralizado.

Daihatsu ofreció el Valera con una selección de motores que oscilaron entre 1,0 litros y una unidad de 1,6 litros. Este último era diesel y no vivió lo suficiente. Era algo que no funcionaba para los clientes. Sin embargo, el sistema de tracción total tenía una gran demanda en mercados específicos.