Antes de que cayera el Telón de Acero a finales de los años 80, la mayoría de los países comunistas de Europa del Este tenían al menos una marca nacional de automóviles.
Las únicas excepciones fueron los húngaros y los búlgaros. En Polonia, el gobierno ya tenía un trato con Fiat desde 1932, por lo que continuaron con su negocio después de la Segunda Guerra Mundial. A mediados de los años 70, Fiat y el gobierno polaco trabajaron juntos y crearon una nueva generación de vehículos, llamados FSO Polonez. La producción comenzó en 1978.

El prototipo base FSO Polonez Kombi se mostró en 1998 y la producción comenzó en 1999, bajo una empresa conjunta entre FSO y Daewoo. El motor se basó en una unidad Polonez de 1.6 litros de 1987, pero con inyección de combustible. Extrañamente, la versión con inyección de combustible tenía menos rendimiento que la versión original con carburador. Era incluso peor que un motor Daewoo de 1.5 litros. Tenía 80 hp y solo 125 Nm (92 lb-ft) de torque. El automóvil tenía un peso de 1160 kg (2557 lbs) y tuvo un éxito limitado.

Para 2002, solo se habían fabricado unos pocos modelos Kombi cuando la fábrica cerró. Daewoo se retiró de Polonia y la empresa cerró sus puertas. FSO siguió siendo una antigua gloria de la industria automotriz polaca, a pesar de que no logró producir nada mejor que un buen vehículo para 1978.