Toyota se mantuvo fiel a sus creencias cuando diseñó la versión 2020 de su conocido Land Cruiser/Prado.
No había demasiados fabricantes de automóviles para construir un vehículo todoterreno como ese.

El Land Cruiser empezaba a ser uno de los últimos dinosaurios de la industria del automóvil. Seguía siendo una construcción de carrocería sobre bastidor, con una suspensión robusta y capaz de transitar sin esfuerzo por terrenos difíciles, incluso si la mayoría de sus compradores la conducían sobre asfalto la mayor parte del tiempo.

Dado que la presentación del Land Cruiser 150 fue en 2009, el diseño exterior no cambió drásticamente. La nueva actualización no fue solo por su apariencia sino también por la parte técnica. Pero tenía que verse diferente. Se cambiaron los faros y toda la zona delantera. El parachoques se extendió y se curvó para una mejor protección de los peatones. El Prado tuvo momentos en los que tuvo parrilla cromada y en los que la tuvo negra. Para 2020 vuelve a ser negro con la opción Black Pack.

En el interior, estaba equipado con un nuevo sistema de infoentretenimiento capaz de conectarse a través de Apple CarPlay y Android Auto. El fabricante de automóviles dijo que era uno nuevo, con una respuesta más rápida. Ocupaba toda la parte superior de la consola central y se veía mucho mejor que el sistema plano y vertical que se usaba antes.

Debajo del capó, el Land Cruiser Prado logró ofrecer un motor Euro 6d para cumplir con las regulaciones europeas. Era una versión actualizada del motor turbodiésel de 2,8 litros y se combinaba con una caja de cambios automática de 6 velocidades de serie. Fue una decisión extraña ya que todos sus predecesores presentaban una transmisión manual estándar y una automática instalada como opción.