Aston Martin mejoró considerablemente la versión descapotable del DB9 en 2010, siete años después de la introducción del modelo y primero después de la separación de Ford Motor Company.
Diseñado para competir en el mercado GT, el DB9 y su compañero descapotable, el DB9 Volante, salieron al mercado en 2003 y el diseño original pertenecía a Ian Callum y Henrik Fisker. En 2007, un consorcio liderado por David Richards compró Aston Martin a Ford. Richards era el director ejecutivo de Prodrive, una pequeña empresa especializada en deportes de motor. Se las arregló para mejorar y promover la empresa en métodos inusuales. Al final, el DB9 fue el Aston Martin más vendido de todos los tiempos hasta esa fecha.

El DB9 Volante actualizado mostró diferencias mínimas en comparación con el modelo 2003. En la parte delantera, Marek Reichman (el nuevo diseñador) cubrió la parrilla delantera inferior y las tomas de aire laterales con una malla hexagonal. En la parte trasera, también cambió las luces traseras rojas por unas de lentes transparentes. El DB9 Volante mantuvo su capota retráctil ya que era uno de los más rápidos del mercado. El conductor podría retraer la capota en apenas 17 segundos.

En el interior, el cambio más significativo fue en el lado inferior de la consola central. Aston Martin instaló una nueva conexión telefónica en la consola central para una mejor transmisión de música en vivo.

Pero los cambios más significativos se dieron en el aspecto técnico. Mientras que la versión 2003 presentaba una suspensión blanda que estropeaba el placer de conducir, el modelo 2010 venía equipado con un sistema adaptativo. Aston Martin instaló una nueva transmisión automática de seis velocidades para el tren motriz como opción, que proporcionó un rendimiento similar al de la versión manual. Además, el fabricante de automóviles británico consiguió que el DB9 Volante entrara en los límites Euro 5 y rebajó sus emisiones manteniendo la misma potencia.