Se suponía que el Lancia Beta Montecarlo sería un reemplazo del envejecido Fiat 124 Coupe.
Sin embargo, Fiat decidió optar por la alternativa más económica diseñada por Bertone, por lo que el Montecarlo diseñado por Pininfarina se unió a la familia Beta de Lancia.

A pesar de su insignia Lancia, el Montecarlo era más Pininfarina, siendo el primer coche desarrollado íntegramente por el carrocero italiano.

En 1974, el Lancia Beta Montecarlo se presentó en la 45ª edición del Salón Internacional del Automóvil de Ginebra. Fácilmente podríamos dejarnos engañar por su nombre, pero el Beta Montecarlo tenía poco en común con la familia Beta.

El Lancia Beta Montecarlo tenía una configuración de motor central y tracción trasera, en contraste con los Betas de tracción delantera con un diseño de motor delantero.

Paolo Martin de Pininfarina le dio al Montecarlo una forma limpia y moderna, con una cola y una nariz cuadradas, así como un par de alas distintivas a los lados de la ventana trasera hasta el borde de la tapa del motor con bisagras laterales. La fascia delantera presentaba faros rectangulares y la parte delantera del automóvil estaba envuelta en plástico negro.

Inicialmente, el Montecarlo iba a estar equipado con un motor V6 de 3.0 litros, sin embargo, terminó con una unidad más pequeña de 2.0 litros debido a la crisis del petróleo de mediados de la década de 1970. Con la unidad pequeña, el desempeño del auto no fue deslumbrante, ofreciendo solo 118 hp. Junto con una transmisión manual de 5 velocidades, el Montecarlo tardó alrededor de 9 segundos en alcanzar los 100 km/h.

Gracias al diseño de motor central, incluso si el automóvil no ofrecía un rendimiento similar al de un superdeportivo, el Montecarlo tenía un chasis equilibrado y logró brindar un excelente manejo.